Mujeres cajamarquinas
Una cruel enfermedad la tuvo postrada en su hermosa residencia de Cajamarca, cede actual del Obispado, en la calle Amalia Puga sin que el rigor de la dolencia física llegara a doblegar la formidable reciedumbre de su espíritu cuéntese que doña Paula pudiera ir a visitar su rica Hacienda “Chumbil”, situada a muchas leguas de Cajamarca los colonos de la hacienda, la llevaban en brazos desde la ciudad a fin de que su querida patrona pudiera satisfacer sus deseos de visitar personalmente sus propiedades, y dictar las más adecuadas medidas en orden a su mejor organización y adelanto. Reunidos los indios en uno de los grandes patios de la hacienda escuchaban de labios de la señora Paula palabras llenas de bondad y sabiduría, que los presentes recibían con verdadera unción. Luego, después, de un previo ritual establecido, la unión de las numerosas parejas desde algún tiempo hacía vida marital y estaban dispuestos a proseguir unidos después de haberse estudiado mutuamente, su carácter, su idiosincrasia y todas sus condiciones personales.
Era la vieja institución incaica del “servinacuy”, que superviva hasta ese entonces- fines del siglo pasado- en los bajos estratos sociales de Cajamarca, como superviven todavía hoy en algunos lugares del Perú y de otros países de América.
Pero, doña Paula mujer de onda fe religiosa no podía quedar tranquila hasta que nuevos matrimonios indígenas fueran canónicamente consagrados como en efecto lo eran tan pronto como los misioneros franciscanos llegaban a Chumbil en cumplimiento de su ministerio sacerdotal.
Doña Paula Iturbe esposa del heroico Coronel Miguel Iglesias compartió con él los azares de la infausta guerra del 1879, con ocasión de la batalla de San Pablo Doña Paula Iturbe, en compañía de su cuñada Micaela Villa esposa del General Miguel Iglesias cumplió con su deber para con la patria con dignidad, abnegación y valor.
Muerto su esposo doña Carolina quedaba sola frente a graves problemas familiares y sociales: le quedaban varios hijos menores a quienes tenía que educar, y le quedaba, asimismo, un valioso patrimonio que tenía que administrar. Fue en tales circunstancias que la brillante inteligencia y, sobre todo, la vigorosa voluntad de tan distinguida mujer salieron a relucir.
Los hijos fueron educados de las más severas normas de la austeridad, del civismo y de la honradez, y las ricas propiedades que constituían el patrimonio de la familia principalmente la extensa hacienda “La Pauca”, fueron admirablemente administradas por ella misma, con tanto talento y fina sensibilidad, que poco tiempo después se convirtió en una de las más fina calidad y rendimiento.
Los hijos de tan ilustre matrona fueron: José Mercedes, Pelayo y Nicolás, distinguidos Abogados y Doctores en Jurisprudencia y Ciencias Políticas; Napoleón, reputado ingeniero agrónomo y parlamentario; Carolina y Florinda, cultas y hermosas damas de la sociedad cajamarquina; Hermecinda, casada con el ilustre literato y poeta cubano don Elías de Losada.
Pero necesitaba horizontes más amplios y abiertos, y se va la ciudad de Lima, el foco de atracción de todos los peruanos por las facilidades que otorga para la expansión de energías espirituales, y después de cursar los estudios secundarios en los principales Instituciones Educativas de la capital ingresa a la Universidad de San Marcos, en donde previos los estudios y pruebas consiguientes, obtuvo el grado académico de Bachiller y Doctoren la Facultad de Filosofía de Historia y Letras.
Sor Carmen María de Jesús Sacramento
Espíritu alerta a todos los adelantos de la pedagogía moderna esta Reverenda Madre ejemplar ha llevado a cabo en su instituto una serie de reformas, que van desde la construcción de un magnifico templo, la ampliación y trasformación del local hasta la implantación de los más avanzados métodos educacionales y su obra se hace tanto más admirable si se cuenta que ha sido hecha y continua haciéndose en gran parte con el producto de las limosnas obtenidas por la Orden de Franciscanas, cuya Madre general del convento, Sor Salomé de Jesús Soto, brilla también por sus virtudes ejemplares, su inteligencia y su fuerza organizadora.
Julia Isabel Castañeda
Si bien es cierto que la época de la pos guerra inicio un movimiento renovador de la mayor parte de las actividades espirituales, no todos los educadores, en cuanto al sacerdocio de la enseñanza se refiere, comprendieron o quisieron comprender que había necesidad de abrirle campo cristalizándolo con los nuevos métodos de enseñanza que enfocaban, díganoslo así, una educación integral del niño en la cual había de intervenir por igual, la cultura de la mente y la del cuerpo, ya que de la fuerza orgánica de este -según lo han comprobado los sabios italianos tratantes de la psicología experimental –depende la acción de aquella. Felizmente en el Perú no han faltado quienes con alta comprensión de esta nueva corriente, lo han condensado a través de todo esfuerzo y sacrificio nos referimos en este caso a la acción de una cultísima y esforzada maestra, la doctora Julia Isabel Castañeda, que después de haber fundado un magnifico plantel de enseñanza comercial, de media y primaria, el cual ha rendido ya el acervo cultural del país más de una generación excelente preparada para luchar con éxito en los campos del trabajo, implantó métodos modernos que, comprendiendo el estudio de nuevas materias mentales y de practicas de cultura física de artes femeninas, eran orgullo de educación nacional.
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